Verónica Ojeda, sobre el encuentro entre Maradona y su nieto

El reencuentro de Diego Armando Maradona con su nieto, Benjamín, fue una de las noticias de la semana. Y, como suele ocurrir en los casos vinculados al universo Maradona, generó repercusiones de todo tipo.

Es que no solo se pronunciaron Gianinna, la madre del pequeño, y Claudia Villafañe, abuela del fruto del amor entre una de las hijas mayores del “Diez” y el Kun Agüero, quienes se manifestaron muy felices por el encuentro; sino que también habló Verónica Ojeda, ex pareja del astro y madre de su hijo menor, Dieguito Fernando.

“La vida no te da a las personas que tú quieres, sino te da a las personas que tú necesitas. Estas personas que a veces te ayudarán, a veces te ‘lastimarán’, a veces te abandonarán, a veces te amarán… Pero, sobre todo, te ayudarán a convertirse en la persona que estás destinada a ser”, publicó en su cuenta de Instagram.

Entre los muchos comentarios que recibió el posteo, hubo una usuaria que le preguntó concretamente si le había molestado el encuentro del ex capitán y técnico de la Selección Argentina con el niño. A lo que ella contestó: "¿Por qué me va a molestar? Los niños no tienen la culpa de nada. Solo piden amor. De eso se trata la vida. Besitos”.

Además, Ojeda también utilizó su cuenta en la red social para publicar un collage con imágenes de su hijo, Dieguito Fernando, y escribió: “Pipi, te amo”.

Vale recordar que la primera en compartir el encuentro a través de sus redes fue Gianinna Maradona, con una serie de fotos y un simple pero más que elocuente “sobran las palabras”.

En tanto, Claudia expresó: “La verdad que no sé a quién de nosotras hizo más feliz este encuentro, pero eso no importa. ¡Lo que sí sé es que el amor no se compra y el que se siente desde el corazón siempre está presente! Aunque te quieran hacer creer otra cosa!", expresó junto a los hashtag #Familia y #AmorDelBueno.

Mientras tanto, el único que no emitió palabra fue el actual técnico de Gimnasia de La Plata. Sin embargo, bastaba ver su sonrisa jugando y abrazando al pequeño para darse cuenta de que, como bien dijo su hija, las palabras sobran y el que hablaba en ese momento era el corazón del ídolo.