Un cocodrilo arrebató a un nene de un bote y lo devoró

Un nene de 10 años estaba a bordo de un bote con sus dos hermanos en Filipina, cuando un cocodrilo saltó, lo arrebató y se hundió con él en las aguas.

Al enterarse, el padre corrió desesperado a buscar a su hijo, pero no lo encontró. Horas después, un pescador descubrió restos del chico en una zona cercana al ataque: era la cabeza y una de las piernas, según informó la Policía local.

Las autoridades explicaron que el hecho ocurrió cerca de la ciudad de Balabac, donde los ataque de los reptiles han aumentado debido a que su hábitat se ha visto reducida tras el crecimiento y desarrollo de las ciudades filipinas. De hecho, éste es el quinto ataque de cocodrilos registrado en 2019 en la zona.

Es que el grupo de islas Palawan, a menudo llamado la "última frontera" de Filipinas, es el hogar de una notable diversidad de flora y fauna, pero está amenazado por un desarrollo incontrolado.

Al respecto, Jovic Pabello, vocero del consejo gubernamental que trabaja en la conservación del medio ambiente en este grupo de islas de la provincia de Palawan, aseguró a AFP: "Desde 2015, nunca hemos tenido un año con cero ataques en Balabac”. "Es un conflicto sobre el uso del agua", agregó.

En febrero, un cocodrilo atacó a un chico de 12 años mientras nadaba en el río Balabac, pero escapó cuando sus hermanos golpearon la cabeza del reptil con remos hasta que lo soltó, contó Pabello.

Un pescador de cangrejos de Balabac fue asesinado por un cocodrilo de agua salada en febrero del año pasado, tres meses después de que otro reptil arrastrara a su sobrina de 12 años a fines de 2017. La nena no fue vista de nuevo.

El llamado cocodrilo de estuario o de agua salada es uno de los reptiles más grandes del mundo, crece hasta seis metros de largo y pesa hasta una tonelada.